(Narras tú)
Me había quedado totalmente alucinada con todo lo que le había dicho Andy a su padre, realmente sus palabras denotaban que estaba dolido y que no los iba a perdonar jamás.
Me encontraba sentada en el sofá cuando Andy se acercó a mi con un vaso de zumo de naranja y me lo pasó.
Andy: Ten, conejita.
Yo: Gracias. -Lo cogí y le di un trago.
Andy se sentó a mi lado y me rodeó de la cintura, me besó en la frente y me sonrió.
Yo: Te quiero.
Andy sonrió y me mordió el labio.
Andy: Yo también te quiero.
Yo: No te ha sentado nada bien la visita de nuestra familia, ¿verdad?
Andy: Me ha sentado como una patada en los cojones, conejita. -Apretó la mandíbula.
Yo: No te preocupes... supongo que yo no volverán.
Andy soltó una carcajada incrédula.
Andy: no me puedo creer que seas tan inocente, _____(tn). Por supuesto que volverán, volverán y muy pronto, ¿no ves que están obsesionados en controlar nuestra vida?
Asentí varias veces.
Yo: lo sé, lo sé, pero después del rapapolvo que le has dado... -Le sonreí.
Andy: Eso no ha sido nada. -Rió y se echó en el respaldar del sillón, poniendo las manos detrás de la cabeza.
Yo: Bueno... será mejor que nos olvidemos de ellos... -Le di un sorbo a mi zumo.
Andy: Sí... será mejor. -Se levantó de sillón y me miró -Me voy a bañar, en media hora tengo que esta en la discográfica, ¡tengo mucho trabajo por delante!
Yo: ¿En serio? ¿y a cuento de qué? -Fruncí el ceño.
Andy: Un disco nuevo, amor.
Solo asentí mientras sonreía. El se inclinó hacia mi y pegó sus labios de los mío mientras acariciaba mis labios con su lengua suavemente, mordió mi labio inferior y me lamió la boca, después se despegó, me guiñó el ojo y salió del salón.
Yo me quedé allí sonriendo como una boba, cuando me terminé el zumo, me dirigí a la cocina y limpié el baso, después recogí los pastelillos que Andy había dejado sobre la encimera y los coloqué en el frigorífico.
Subí las escaleras y entré a nuestro dormitorio, saqué el lap top de la maleta del trabajo y lo encendí. Había recibido un mensaje del trabajo. Lo abrí.
De: Bruss Coley Ford.
Para: _______(Tu nombre y tus apellidos).
Hola, _____(tn), solo te quería avisar de que Robert ha subido el sueldo un 5%, lo hizo antes de ayer y no sé por qué, solo sé que me ha dicho que te lo comunique, y que también te diga que has ascendido un puesto, ahora eres su socia, y vas a tener que trasladar tus cosas a un despacho que te facilite Robert cuando vengas al trabajo el lunes, para que tu puesto lo pueda desempeñar otra persona, obviamente.
Un cordial saludo;
Bruss Coley Ford
Me quedé con la boca abierta, miré la fecha de este mensaje y la boca me llegó al suelo, lo había enviado hace tan solo una hora. Y... mañana era lunes, ¡y había ascendido como socia del jefe!.
Respiré hondo para reprimir un grito de pura alegría.
Entonces Andy salió del baño y me miró con el ceño fruncido, ya estaba vestido.
Andy: ¿Qué te pasa?, parece que te va a dar algo...
Yo: ¡Tu padre me ha ascendido! -Sonreí ampliamente mientras me colgaba de él como un bebé.
Andy: Ah, ¿pero que todavía podías ascender más? ¿Eso es posible?
Yo: Claro. -Reí levemente.
Andy: ¿A cuento de qué te ha ascendido?
Yo: Eso es lo que le voy a preguntar mañana.
Andy: Ten cuidado, ¿eh?.
Yo: Vamos... es mi tito.
Andy: Sí, pero está enfadado.
Yo: No lo estará tanto cuando ha hecho esto, ¿no?
Andy: Por algo lo habrá hecho... -Me besó la nariz.
Yo: porque soy buena.
Andy: Eso no lo dudo, y ahora, bájate o no llegaré -Rió levemente.
Yo: Oh, lo siento. -Me coloqué de pie en el suelo.
Andy se peinó el pelo mojado con los dedos y salió de la habitación, antes de irte, me dijo:
Andy: No vemos dentro de tres horas... te quiero -Y me tiró un beso.
Reí y entré yo también al baño.
Pensaba ir a visitar a los vecinos, esperaba que fueran amables...
Después de asearme, me vestí así:
Después salí de la casa y a paso lento, me dirigí a la mansión que había justo delante de la nuestra, que era así:
Toqué al timbre un poco nerviosa, me abrió un chico rubio, sus ojos eran grises y los tenía perfilados con lápiz de ojos, tenía unos labios carnosos y por sus rasgos, pude darme cuenta de que era asiático. Se encontraba fumándose un cigarrillo.
Era así:
Yo: Hola... ehh... me llamo _____(tn) y soy la nueva vecina de en frente, he venido para presentarme -Me incliné hacia delante, haciendo el típico saludo japonés- Encantada.
Vecino: Oh... hola, ____(tn), igualmente encantado. -Sonrió levemente -me llamo Ruki.
Le sonreí ampliamente.
Ruki: ¿Te apetecería pasar a conocer a los demás? -Me dejó paso.
Yo: ¿a los... demás? -Le pregunté mientras entraba a la enorme y preciosa mansión.
Ruki: Sí, vivo con unos amigos. -Sonrió amablemente mientras que me conducía hacia alguna habitación, llegamos a una enorme cocina, era mucho más grande que la nuestra y el decorado era precioso.
Allí habían cuatro chicos hablando alegremente en japonés, por lo cual no entendí nada.
Ruki: Chicos, os presento a la nueva vecina, se llama _____(tn).
Los chicos se quedaron mirándome de arriba a abajo, el primero en acercarse fue un hombre rubio, sus ojos eran marrones, también los llevaba pintados y su boca era sumamente extraña, también muy carnosa. Era muy lindo.
Era así:
Agarró mi mano y besó mis nudillos.
Vecino 2: Encantado, puedes llamarme Uruha.-Sonrió ampliamente mientras se alejaba unos pasos.
Entonces el siguiente se acercó con una sonrisa increíblemente amable en los labios, me besó las mejillas y se inclinó a modo de saludo, después me dijo:
Vecino 3: ¡Hola! Me llamo Kai, encantado de conocerte, es un placer.
Este era un hombre de tez blanca y de pelo negro, un flequillo caía por su frente y tenía unos labios grandes.
Era así:
Entonces otro se acercó a paso lento hacia mi, y con las manos metidas en los bolsillos mientras esbozaba una sonrisa casi imperceptible, este hombre derrochaba sensualidad por donde pasaba, era extrañamente atractivo, aunque la belleza no fuera su punto fuerte.
Era moreno y sus ojos eran castaños, tenía un percing en el labio inferior, con el cual jugueteaba constantemente.
Era así:
Inesperadamente, se acercó a mi y me besó en la frente, me susurró:
Vecino 4: “Yorokonde”... soy Aoi. -Salió de la cocina a paso lento.
No tenía ni la mínima idea de qué significaba aquella palabra japonesa.
El último vecino, no se movió de su sitio, estaba sentado sobre la encimera, comiéndose un kit-kat, ni siquiera me miró. Fui yo la que me acerqué a él.
Yo: Hola, soy... -Me interrumpió.
Vecino 5: ______(tn), sí, lo sé. -Dijo mientras me miraba y le daba otro bocado a su chocolatina.
Entonces me percaté de que llevaba una preciosa venda en la nariz, era rubio y sus ojos eran negros y brillantes como dos escarabajos, y sus labios eran muy carnosos, carecían de hidratación. Aquel personaje era peligrosamente atractivo y varonil. Tenía un aire agresivo y peligroso, pero se veía tan tranquilo...
Era así:
Nota de la autora: *-* Adoro a Reita... es tan sexoso... *O* ¡me encanta! KJLASDKLjasjldSJ!!
El hombre sonrió jovialmente y me tendió la mano, yo se la estreché.
Vecino 5: Yo soy Reita... -Le dio otro bocado a su chocolatina.
Yo le sonreí y él apartó la mirada.
¡Jesús! ¡Pero qué cretino!
Kai: No te preocupes, Reita es así, de capullo. -Me guiñó un ojo y rió. Yo reí con él.
Uruha: Que no te sorprenda nada de él.
Ruki: Anda, chicos, no seas así de malos con él.
Kai: No somos malos, simplemente no estamos enamorados de él, como tú. -Sonrió.
Ruki se sonrojó.
Ruki: Idiota... -Salió de allí.
Yo los miré confundida y Kai y Uruha se acercaron a mi.